Precalienta el horno a 180°C (350°F).
Lava las berenjenas y córtalas por la mitad. Haz cortes en la pulpa en forma de rejilla, sin llegar a la piel. Esto ayudará a que las berenjenas se cocinen de manera uniforme y absorban los sabores.
Coloca las mitades de berenjena en una bandeja para hornear, con la pulpa hacia arriba. Rocía un poco de aceite de oliva y sazona con sal y pimienta. Hornea en el horno precalentado durante aproximadamente 20-25 minutos, o hasta que estén tiernas.
Mientras las berenjenas se hornean, en una sartén grande, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio. Agrega la cebolla y el ajo picados, y cocina hasta que estén dorados y fragantes.
Agrega la porchetta picada a la sartén y cocínala hasta que esté ligeramente dorada y caliente.
Agrega el tomate picado, el orégano y la guindilla (si quieres ese punto picante). Cocina por unos minutos hasta que el tomate se ablande y los sabores se mezclen. Sazona con sal y pimienta al gusto.
Una vez que las berenjenas estén cocidas en el horno, retíralas y deja que se enfríen lo suficiente como para manipularlas.
Con una cuchara, vacía las berenjenas horneadas, dejando un borde de pulpa alrededor para que mantengan su forma.
Mezcla la pulpa de berenjena con la mezcla de porchetta en la sartén.
Rellena las mitades de berenjena con la mezcla de porchetta y pulpa de berenjena.
Si lo deseas, puedes hacer una bechamel ligera y espolvorear queso parmesano rallado sobre las berenjenas rellenas.
Coloca las berenjenas rellenas en la bandeja para hornear y vuelve a ponerlas en el horno durante unos 15-20 minutos, o hasta que el queso se derrita y se dore ligeramente.
Una vez las berenjenas estén listas, retíralas del horno y déjalas enfriar un poco antes de servir.