Lava bien la berenjena y córtala en rodajas de entre 1 y 2 cms de grosor. Puedes pelarla si prefieres, aunque la piel también es comestible y contiene nutrientes. Déjalas media hora en agua con sal y limón para que no amargen, a continuación, sécalas.
En una sartén grande o parrilla, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio-alto. Asegúrate de que la superficie esté bien caliente antes de colocar las rodajas de berenjena.
Cocina las rodajas de berenjena a la parrilla durante unos 2-3 minutos por cada lado, hasta que estén tiernas y adquieran marcas de parrilla. Luego, retira las berenjenas de la parrilla y colócalas en una bandeja sobre un papel para hornear.
Precalienta el horno a 180°C.
En cada rodaja de berenjena, extiende una cucharada de passata de tomate, dejando un borde alrededor sin salsa.
Agrega una capa de mozzarella rallada sobre el tomate.
Coloca una o dos rebanadas de salami picante encima de la mozzarella. Puedes agregar más o menos según tus preferencias personales.
Opcionalmente, espolvorea un poco de orégano seco sobre las pizzas de berenjena.
Lleva la bandeja al horno precalentado y hornea durante aproximadamente 10-15 minutos, o hasta que el queso se derrita y burbujee, y la berenjena esté completamente cocida.
Una vez que las pizzas de berenjena estén listas, retíralas del horno y déjalas enfriar un poco antes de servir. Añade una hojita de albahaca fresca encima.
Puedes disfrutar estas deliciosas "pizzas" de berenjena como aperitivo, acompañamiento o plato principal. Son una opción sabrosa como la pizza tradicional, resulta muy satisfactoria.
¡Buen provecho!